Por: Hugo Arana Páez*
Motivado a las pésimas condiciones de la vialidad imperantes entre San Fernando y el Centro del país y lo oneroso que representaba cruzar el Apure, generó a comienzos de mayo del año 1920, un grave conflicto entre los transportistas, los accionistas del Gran Ferrocarril Alemán y los comerciantes. Esta situación se agudizó cuando los Carreteros que prestaban el servicio de transportar personas y mercancías desde la estación del Gran Ferrocarril Alemán en la población de Cagua hasta San Fernando de Apure, dejaron de cumplir esa tarea. Este escenario hizo que numerosos productos y mercancías secas se agolparan simultáneamente en los depósitos de ambas poblaciones.
Por otra parte, los comerciantes tanto de Caracas como de San Fernando y Calabozo e inclusive los de Villa de Cura, se hallaran alarmados por este inusual paro de transporte. Los Carreteros, aprovechándose del inicio de la temporada de lluvias consideraron oportuno incrementar los fletes en un cincuenta por ciento. Fue tan grave la cuestión que en mayo de ese año, el caso fue planteado por los comerciantes apureños ante la Cámara de Comercio de Caracas; ésta a su vez pidió una explicación al Gran Ferrocarril Alemán (Valencia-Caño Amarillo en Caracas). La situación se tornó más grave porque los apureños amenazaron con importar (vía ríos Orinoco-Apure) los productos que adquirían en Caracas o en todo caso comprarlos en Ciudad Bolívar; lo cual constituiría para los comerciantes caraqueños un serio revés, por cuanto, en esa época Apure representaba en valores relativos, un alto porcentaje del mercado nacional. Es que en las primeras dos décadas del siglo veinte, San Fernando era una importante plaza comercial y uno de los más relevantes puertos fluviales del país, donde se realizaban significativas transacciones económicas, tanto es así que allí se hallaban establecidas numerosas casas comerciales dedicadas a la importación de mercancías procedentes de Europa y Estados Unidos y firmas exportadoras de plumas de garza, cueros de res, caimán y de otras especies.
En ese sentido Oldman Botello reseña para el año 1916, en su obra Historia de la Villa Real de San Fernando de Apure 1788-1988 a algunas de ellas como:
En ese sentido Oldman Botello reseña para el año 1916, en su obra Historia de la Villa Real de San Fernando de Apure 1788-1988 a algunas de ellas como:
… “Hermanos Bezara, Modesto Fernandez y Compañía, Francisco Barbarito, Lleras Codazzi y Compañía, Félix Barbarito, Fernández y Compañía, Henrique Ligerón, Hermanos Barbarito y Compañía, Frisch y Hermanos Decanio, entre otras”...
A raíz del paro de los Carreteros, los representantes de la empresa ferrocarrilera, se abocaron a realizar estudios socio-económicos de esta actividad (relación costo-beneficio), que explicaran las causas de esta huelga y concluyeron que estos transportistas (Carreteros) desde hacía unos meses atrás, estaban cobrando por transportar cien kilogramos de carga desde Cagua a San Fernando, la elevada suma de sesenta bolívares (en el año precedente, 1919 cobraban cuarenta bolívares por igual carga), es decir, habían incrementado sus tarifas en valores absolutos en veinte bolívares y en valores relativos un cincuenta por ciento (algo exorbitante); además amenazaban que para el mes de junio, cobrarían entre ochenta y cien bolívares por una carga similar. Argumentaban Los Carreteros que el severo verano acecido ese año (1920), contribuyó a incrementar sus dificultades. Es decir, el maíz para alimentar las bestias (combustible) escaseaba y en tal sentido había subido enormemente su precio.
Asimismo por donde transitaban, había escasos lugares de pastoreo y en los pocos existentes les cobraban hasta cincuenta céntimos de bolívar por abrevar los animales de tiro (un realito o cincuenta céntimos de bolívar por cada caballo). De igual manera expresaban que se había desatado una peste en el llano, que mataba a dichos animales en poco tiempo, limitando la oferta de estas bestias y por supuesto elevando su precio de compra. También argüían que en Cagua se presentaba el inconveniente de tener que cancelar los fletes al ferrocarril, al recibir las mercancías procedentes de Caracas, Valencia o Maracay y finalmente exponían que mientras esperaban el arribo de las mercancías en dicha población, debían sufragar los gastos de su manutención, así como la de sus bestias.
Asimismo por donde transitaban, había escasos lugares de pastoreo y en los pocos existentes les cobraban hasta cincuenta céntimos de bolívar por abrevar los animales de tiro (un realito o cincuenta céntimos de bolívar por cada caballo). De igual manera expresaban que se había desatado una peste en el llano, que mataba a dichos animales en poco tiempo, limitando la oferta de estas bestias y por supuesto elevando su precio de compra. También argüían que en Cagua se presentaba el inconveniente de tener que cancelar los fletes al ferrocarril, al recibir las mercancías procedentes de Caracas, Valencia o Maracay y finalmente exponían que mientras esperaban el arribo de las mercancías en dicha población, debían sufragar los gastos de su manutención, así como la de sus bestias.
Amén de todos estos inconvenientes, muchos de ellos no poseían suficiente capital que les permitiera cubrir estas contingencias, por lo que se hallaban forzados a acudir a los prestamistas (usureros), haciendo la actividad poco rentable y en proceso de descapitalización. Por todas estas razones, el oficio de Carretero posiblemente no era muy rentable, pese a la gran importancia que para el desenvolvimiento económico de la Venezuela prepetrolera representaba. Finalmente al cabo de unos días, el conflicto cesó, por cuanto, al decir de Botello, el mismo no se correspondía con los intereses de ninguna de las tres partes involucradas (Carreteros, comerciantes y accionistas del Gran Ferrocarril Alemán) y yo añadiría, sobre todo porque al régimen gomecista tampoco le convenía que la paz de la república se viera alterada.
Hugo Arana Páez*
Miembro investigador del Centro de Estudios
Histórico-Sociales del llano Venezolano
Casa de Bolívar
San Fernando de Apure, 25 de octubre de 2010
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