jueves, 21 de abril de 2016

En el pleito de los burros, no se meten los pollinos

Por:  Rafael Simón Jimenéz

El 28 de julio se cumplen exactamente 100 años del atentado contra el archiduque Francisco Fernando, heredero al trono del Imperio austrohúngaro, que disparó el dispositivo mortífero entre las potencias europeas para dar comienzo a la Primera Guerra Mundial, tambiéndenominada Gran Guerra, que se saldó con más de 10 millones de muertos entre los bandos que se confrontaban, por una parte la llamada triple alianza que agrupaba al Imperio alemán, los imperios centrales e Italia, y por la otra la Triple Entente que convocaba a Francia, Inglaterra y Rusia.

Gral. Juan Vicente Gomez
El estallido del conflicto planetario coincide nacionalmente con dos hechos que van a consolidar y dar permanencia a la dictadura de Juan Vicente Gómez: 1) La reforma constitucional que le permite al entonces aspirante a tirano alargar el mandato presidencial de 4 a 7 años, removiendo además el impedimento para la reelección indefinida, y además crear otras dos figuras a la medida de su ambición: la figura del encargado de la Presidencia para suplir las ausencias del jefe de Estado y la Comandancia General del Ejército, auténtico centro de poder que Gómez se reservara para sí, hasta su muerte en diciembre de 1935. 2) El “reventón “ del pozo petrolero Zumaque I, que por varios días derrama mediante un chorro inmenso millones de barriles, poniendo en evidencia la inmensa riqueza petrolera que se escondía bajo el subsuelo venezolano. El petróleo pasará a ser no sólo el suministrador fundamental de fondos a las finanzas públicas venezolana, sino que su importancia energética estratégica, permitirá al país reinsertarse dentro del nuevo esquema económico mundial, apareciendo como un proveedor seguro y confiable para el mundo occidental.
Cuando el conflicto inicialmente circunscrito al territorio europeo estalla, el gobierno de Gómez por intermedio del presidente interino Victorino Márquez Bustillo, se apresura a declarar su neutralidad, alegando que Venezuela tenía las mejores relaciones con todos los países en pugna y que, además, se trataba de un país pobre e irrelevante en el escenario mundial, que ningún provecho sacaría con parcializarse por uno y otro bando.
Victorino Márques Bustillos
La firme e inalterable posición de neutralidad sostenida invariablemente por el Poder Ejecutivo, dará lugar a presiones diplomáticas por parte de los países enfrentados en el campo de batalla. A Gómez, quien ya no oculta sus propósitos de mando indefinido, se le acusa de vínculos y simpatías con Alemania y su emperador el Kaiser Gustavo. Viejos vínculos comerciales con casas comerciales germanas y comentarios formulados a sus amigos delatan sus cercanías con la triple entente; sin embargo, zamarro y prudente como siempre fue el dictador andino, no cambia su posición de mantenerse al margen de la contienda.
En 1917, cuando la extensión de la guerra submarina por parte de Alemania haga entrar en la guerra a Estados Unidos, y ese país presione a sus socios del continente a ser solidarios con su postura, de nuevo Gómez tendrá una y otra vez que evitar o burlar las presiones de la diplomacia norteamericana. Dicen que en una conversación sostenida con el embajador norteamericano en Venezuela, Preston Mc Goodwin, frente a las explicaciones y exigencias de declarar la guerra a Alemania, el dictador haciendo gala de toda su astucia sentenció: “En el pleito de los burros no se meten los pollinos”, significando que nada ganaría Venezuela y su gobierno en un conflicto donde no tenia los medios militares, ni económicos para participar.
Cuando se firma el armisticio y más tarde el tratado de Versalles que pone fin a la gran guerra, en su mensaje anual al Congreso el doctor Márquez Bustillo reivindicará la prudencia y justeza de la posición venezolana, buscando congraciarse con ganadores y perdedores

Articulo recopilado de la Edicion 495 Las Verdades de Miguel

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